Investigacion El escandaloso "fiasco" del narco comisario de Santa Fe

Investigacion El escandaloso "fiasco" del narco comisario de Santa Fe

 

El momento no podía ser más oportuno, aunque no deja de arrojar sospechas. La caída del Comisario Hugo Tognoli le vino como anillo al dedo al kirchnerismo, no solamente para mostrarse a la cabeza de la lucha contra el narcotráfico, sino también para echarle tierra al gobierno socialista del santafesino Antonio Bonfatti.
El trabajo sucio lo hizo, una vez más, diario Página/12 de la mano del operador todoterreno Raúl Kollman. Allí se publicó la primera nota para esmerilar al ex comisario; fue el 19 de octubre de este año.
Ahí se habló de una súper investigación sobre narcotráfico "digna de una novela negra" y se vinculó a Tognoli con un entramado de coimas con narcos de Santa Fe.
Como suele hacer Página/12 —y Kollman en particular— se dieron a conocer detalles que solo alguien vinculado a servicios de Inteligencia puede poseer, como detalladas escuchas telefónicas y supuestas revelaciones judiciales.
Pocas horas más tarde, con una velocidad pocas veces vista, la Justicia pidió la detención del uniformado Tognoli, basándose en una prueba "reveladora": la utilización de una clave de acceso al Registro del Automotor para alertar a un narco llamado Andrés Ascaíni que lo seguía la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
Si bien aparece otro elemento de prueba —un mensaje de texto de una mujer que informa quiénes son los que “mueven la droga en el departamento General López y cuánto hay que poner a la policía para trabajar"— el elemento clave para avanzar contra Tognoli siempre fue el uso de esa clave registral.
Sin embargo, ese elemento esencial para la Justicia terminó siendo un fiasco. Tal como publicó el periodista Hector Galiano en el portal Notife, "la clave del Registro automotor que se imputaba a nombre de Hugo Tognoli, en realidad pertenecía al subcomisario Néstor Juan Fernández desde el 9 de abril de 2008, casi un año y medio antes del comienzo de la pesquisa de la PSA".
Según ese mismo medio, resulta llamativo el documento que se presentó en el expediente y que hasta ahora no recibió ninguna contradicción por parte de la fiscalía, al extremo de ni siquiera citar al subcomisario, para que explique si utilizó la clave para colaborar con el narco Carlos Ascaini.
"La prueba de la Clave, era —de acuerdo a lo expresado por la Fiscalía y en especial por las notas periodísticas que precedieron a  la detención de Tognoli— 'la prueba más contundente', que presumía  la responsabilidad de Tognoli en el delito que se le imputa"
 

 

El documento, tal cual puede verse, es un “acta entrega”, que se agrega en original al expediente, lleva la firma del titular real de la clave segu210183, y en la que se reconoce que a partir de la fecha mencionada y tras recibirla en sobre cerrado, Fernández, sabe “que el código y/o clave que le fuera asignado y la información obtenida tienen carácter reservado, siendo responsable por su uso indebido en los términos de la ley 25.326 y su Decreto Reglamentario Nro 1558/01”.
¿Cómo se vuelve de este papelón? ¿Qué dirán los periodistas de Página/12 que impulsaron la detención de Tognoli con tanta insistencia?
Lo sucedido parece una verdadera "cama", en la cual un grupo de operadores encabezados por Horacio Verbitsky, Nilda Garré, Marcelo Saín, Agustín Rossi y hasta el titular de la Sedronar, Rafael Bielsa, se complotaron para mover los cimientos del socialismo santafecino.
¿Será como dice Hermes Binner, que lo quieren desestabilizar por oponerse a la re-re de Cristina? ¿O habrá funcionarios que se quieren quedar con el millonario negocio de la droga, el mismo que ya manejan en otras provincias e inclusive en la Ciudad de Buenos Aires?
Sea como sea, la operación contó con el apoyo de una jueza cuestionada por su desempeño durante la última dictadura militar, Laura Inés Cosidoy. "Le pedía a los detenidos por la dictadura militar que estaban en Coronda que se quiebren”, dijo sobre la magistrada en su momento el sindicalista Julio Piumato.
Por las dudas, la propia magistrada reconoció en una nota periodística su cercanía afectiva con Leopoldo Fortunato Galtieri por haber intercedido por ella en los años de plomo.
A pesar de esto, importantes funcionarios del kirchnerismo parecen no tener problemas en mostrarse junto a ella. ¿Cómo se entiende esa incongruencia?
A su vez, Cosidoy no muestra inconvenientes en manipular el expediente Tognoli a favor de los intereses del kirchnerismo. Por ejemplo, se ha denunciado en las últimas horas la falta de citación de testigos que se consideran claves para la investigación. La explicación tal vez radique en que esas declaraciones serían beneficiosas para la coartada de Tognoli.
En concreto, no han sido citados el excomisario Pablo Ledesma, autor del mensaje de texto en el que le dice a una mujer que para vender drogas en la zona de Villa Cañás había que arreglar con Tognoli; la destinataria de ese SMS, y el comisario Néstor Fernández, actual jefe de la seccional 2ª de Rosario, y titular, hasta la fecha, de la clave que complicaba a Tognoli.
El actual jefe de la 2ª ya se presentó por propia voluntad ante la fiscal por esa cuestión para deslindar responsabilidades, pero inexplicablemente aún no ha sido convocado a declarar, según denuncia Notife.
Mientras el expediente de Cosidoy se encamina a transformarse en un verdadero papelón —no se descarta que Tognoli sea narco, solo que no hay pruebas concluyentes aún—, Página/12 sigue anticipándose a los hechos con una precisión solo atribuible a un verdadero clarividente.
Mientras tanto, gracias a los oficios de Verbitsky, Garré, Saín y otros cuestionados funcionarios, lugares claves de poder se van llenando de hombres que responden a estos últimos. Casualmente o no, se trata de sitiales donde florece la corrupción y el narcotráfico.
 
Carlos Forte

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